NOTA 4: SOBRE LA MOVILIZACION DE
AHORROS (Final):
En las tres primeras notas detecté
tendencias y necesidades de ahorro en las IMFs, como siempre y en base a mis
experiencias trataré de plantear soluciones a los problemas de captación de
ahorros. Primero me referiré a las posibilidades de las IMFs de recibir
depósitos del público. ¡Bajo ninguna circunstancia reciban depósitos si no
están autorizados!, no solo sería ilegal, es además considerado un delito
grave. Como vimos en la Nota No. 3
un 80% de las IMFs están autorizadas para recibir depósitos del público. La mejor
forma para recibir ahorros del público, pero no necesariamente la más simple,
ni la más económica es ser supervisadas por la autoridad bancaria, en muchos
países las IMFs son reguladas con leyes especiales. Las Cooperativas de Ahorro
y Crédito pueden recibir dinero, mediante las aportaciones voluntarias de los
socios, que son otra forma de ahorrar. Esta figura permite que si una persona quiere
solo guardar su dinero en una cooperativa puede hacerlo asociándose a la misma
y además de pagar las aportaciones obligatorias, puede hacer aportaciones
voluntarias de acuerdo a los estatutos de la Cooperativa. Como ven este tipo de
propiedad accionaria permite esta facilidad al estar regida por la Ley de Cooperativas de cada
país. Existe la figura de las Cooperativas de Crédito o Cajas, que pueden
recibir dinero del público por estar supervisadas, pero solo pueden prestar a
sus asociados.
Las ONGs no están autorizadas a recibir
dinero del público, por lo que los fondos provienen del capital accionario, donaciones
y los préstamos. Sin embargo, haciendo alianzas estratégicas con instituciones
supervisadas sus clientes pueden hacer ahorros a través estas. La mecánica es
muy simple: (1) Se hace una alianza estratégica con una institución supervisada;
(2) La supervisada crea una subcuenta para cada cliente de la ONG usando una libreta o una tarjeta
y los servicios complementarios (Tarjeta de débito, acceso a ATMs, etc.); (3) La ONG negocia con la supervisada
las condiciones de las subcuentas de ahorro y definen los costos, tarifas,
encajes, etc.; (4) La ONG
acuerda con la supervisada la forma como se le prestará fondos sobre la cartera
promedio de ahorros depositados por sus clientes; (5) Conjuntamente la ONG y el banco evalúan los
riesgos y establecen los medios necesarios para controlarlos y (6)
Trimestralmente la ONG
suscribe pagarés con la supervisada de acuerdo al saldo promedio de depósitos
de sus clientes. Bajo este esquema se genera una fuente de fondos que si bien
es un préstamo, se hace escalonadamente para evitar los vencimientos totales,
así la ONG puede
sincronizar los pagos con las recuperaciones de los Microcréditos. El costo del
dinero será mayor que si la ONG
recibiera directamente los depósitos, que no puede, porque tiene que pagar a la
supervisada por el servicio y el encaje. Así funcionan muchas ONGs y han
operado sin problema. Finalmente, la otra solución es crear a nivel de
federación o unión un sistema financiero, adquiriendo o constituyendo la federación
un banco que daría servicio a las IMFs afiliadas, ese ha sido el caso de
SICREDI en Brasil (Ver enlace de lectura al final de la
Nota. Solo está en Inglés y Portugués), la
federación o unión tiene que asumir el control financiero total de sus afiliadas,
fijar las políticas de crédito y gestionar los riesgos de sus miembros
centralizando todo en un solo sistema informático, dejando a las cooperativas el
desenvolvimiento en los aspectos no financieros; es decir, los temas cooperativos.
Ya hemos visto que hay distintas
soluciones para que las ONGs y las Cooperativas puedan recibir legalmente,
directa o indirectamente, ahorros del público, pero hay algo esencial: Si las
IMFs que pueden recibir ahorros o aportaciones no presentan una imagen corporativa
de solidez y confianza, y no hacen un marketing efectivo no captarán ahorros,
porque en el caso de la movilización de ahorros la decisión de adonde llevarán
su dinero los clientes (Reguladas u ONGs) o socios (Cooperativas) es de ellos y
no de las instituciones, a diferencia de cómo es en el caso de los
Microcréditos. Sin una imagen adecuada y un esfuerzo importante de marketing,
las IMFs autorizadas no atraerán fondos suficientes, ya que deben además atraer
depósitos de la gente que no necesitan créditos, porque son ahorristas puros;
de hecho la proporción entre el número de ahorristas siempre es muy superior al
de los prestatarios y esa diferencia es la que permite a la IMF fondear los Microcréditos.
Pasemos ahora a los clientes: Usualmente se asume que los
clientes de las Microfinancieras acuden a
estas solo para buscar un Microcrédito; mi experiencia indica que no es
así que muchos clientes prefieren ahorrar y solo recurren al crédito cuando es
absolutamente indispensable. Mi experiencia es que los clientes de las IMFs
prefieren ahorrar en una institución supervisada con una imagen sólida antes de
hacerlo en la IMF que les da los Microcréditos, el problema está en que las
instituciones supervisadas imponen exigencias mínimas muy altas para abrir
cuentas, por lo que muchos no tienen acceso a estos instrumentos; por lo tanto,
se quedan en el ahorro informal de las Agrupaciones de Ahorro y Crédito
Rotativo (ROSCAS), el pasanaku, los san, la tontina, los consorcios y otros
nombres con los que se conoce los sistemas informales de ahorro que son muy populares
en todo el Mundo. Lo importante de estos sistemas es que son un mecanismo de
ahorro programado que cuando cada quien recibe el pote pasa a ser un prestatario,
en el cuál ni se pagan intereses por los “depósitos”, ni se cobran intereses
por los “préstamos”. En mi trabajo he investigado frecuentemente el mercado
para identificar las necesidades de los clientes de las IMFs y he desarrollado
productos de ahorro para muchas de estas en base a las necesidades de los
usuarios, algunas de mis observaciones apuntan a las siguientes motivaciones principales
para el ahorro: (1) Para atender emergencias, (2) para cumplir obligaciones
mensuales y poder llegar a fin de mes, (3) Pata brindar más seguridad al dinero
que tenerlo en efectivo (Robo), (4) Para hacer frente a imprevistos, (5) Para evita
gastar el dinero fácilmente si está en efectivo, (6) Para realizar actividades
productivas, (7) Para tener un mejor control sobre los gastos y (8) Para servir
de garantía para Microcréditos. Las principales barreras al ahorro son: (1) No
tener mucho dinero para poder ahorrar debido los montos altos de apertura y
saldos, (3) El cobro de comisiones, (4) Tener que ir a algún lado a depositar y
sacar el dinero (Poca presencia rural), (5) Recibir bajos intereses (Depósitos
a plazo) y (6) Dependerá de la imagen de la institución. La realidad es que no
poder ahorrar por no tener mucho dinero se corresponde con la falta de
productos de ahorro adaptados a las necesidades y realidades de los clientes y
no solo a la conveniencia de las instituciones financieras. Quiero compartir
unas reflexiones sobre el tema de los requisitos y comisiones: Recuerdo que en
los años 70 las instituciones financieras en Latinoamérica no cobraban comisiones
por las cuentas de ahorro, aunque se llevaba todo a mano: Yo soy de la
generación de la máquina con tarjetón, la NCR 80, que tenía una manivela por si
fallaba la electricidad. Las transacciones se guardaban en tarjetones y las
transacciones se imprimían simultáneamente en el tarjetón y la libreta, los
intereses se calculaban cuenta por cuenta, ¡a mano!. El costo de la operación era
muy alto y las instituciones vivían del diferencial entre la tasa de interés de
los préstamos y la de los depósitos. Vino la automatización en los 90 y conste
que yo trabajaba en La Vivienda EAP en Venezuela, que fue quizás una de las
primeras instituciones en el Mundo en montar el procesamiento en línea: Estábamos
conectados a un computador localizado en las oficinas de la IBM®, teníamos 100.000
cuentas de ahorro que se podían abrir con US$ 2,30 y aún así podíamos dar un
Seguro Gratis de Vida y Accidentes a todos nuestros ahorristas (US$ 697 por
vida y otro tanto por accidentes). De repente las otras instituciones
financieras alegaron que el diferencial entre los préstamos y los depósitos no
alcanzaba y les daban pérdidas y que al tener muchas cuentas con saldo bajo también
perdían. ¡Un momento!, si se estaba usando la informática para gestionar las
cuentas estamos frente a un costo fijo; ya que la inversión en equipos de
cómputos, al igual que en las máquinas industriales, crece por saltos; es
decir, cuando se ocupa la capacidad de un computador este se substituye por
otro más barato y posiblemente 3 o 4 veces mayor y mucho más rápido, el personal
de las Instituciones Financieras no ha crecido hasta el infinito, por el
contrario se ha reducido gracias a la informática y a la banca a distancia. Hoy
en día los costos de procesamientos, atendiéndonos a la Ley de Moore, están por
los suelos y las capacidades se han multiplicado por miles. Los costos
variables de gestionar las cuentas de ahorro se limitan al encaje, a los intereses,
las libretas y tarjetas, que tienen grandes avances y cada vez cuestan menos, la
papelería, etc., que representan una mínima parte de la inversión en tecnología,
el personal, las amortizaciones de los locales, la electricidad, que todos son
gastos fijos; pero el número de clientes, cuentas y préstamos no han dejado de crecer.
Entonces la gran pregunta es: Si en los 70 haciendo todo a mano y a fuerza de
sangre, sudor y lágrimas, manejábamos muchas cuentas con saldos bajos y encima regalábamos
un Seguro Colectivo de Vida y Accidentes en La Vivienda EAP y esta era
rentable; ¿Cómo es que hoy no son rentables las Instituciones Financieras, con
grandes volúmenes de clientes, de operaciones, la tecnología y cobran por todo?,
creo que la respuesta está bien reflejada en la crisis del crédito del 2008: Porque
estaban equivocados, ignoraron los riesgos atraídos por la alta rentabilidad y
cayeron en el riesgo moral al contar con los gobiernos como fuentes de último
recurso para asumir sus errores, como en efecto paso. Nadie me va a convencer
de que operar con muchas cuentas con un monto pequeño de apertura, con saldos
bajos no es rentable, habida cuenta que si tengo muchos cuentas cuyo costo es
un gasto fijo decreciente por la tecnología, la banca a distancia y el personal
reducido y divido este gasto entre el número creciente de cuentas, es evidente
que el costo de gestionar cada cuenta debería bajar en lugar de subir. Más aún con
la evidencia de un número importante de operaciones masivas como el creciente pago
de los subsidios de los gobiernos con tarjetas de recargables, usando como
medio de pago los cajeros automáticos; ni que los gobiernos fueran tontos para
hacerlo como antes, directamente y a mano, lo que exigiría una burocracia
brutal y creciendo sin límite. Creo que el problema de muchas IMFs es que van
por la visión tradicional de las Instituciones financieras, asumiendo que es un
mal negocio abrir cuentas con montos pequeños, manejar cuentas con saldos bajos
y que los pobres lo que quieren son Microcréditos y no pueden ahorrar, esto es
ignorar cuales son realmente las necesidades de los clientes de más bajos
recursos y poner barreras a la inclusión financiera. Hay evidencias en un
estudio realizado en el 2011 por TECNOCOM y cito: “En México, a los
beneficiarios del programa Oportunidades se les ofrece una cuenta de ahorros
estándar en el banco público, Bansefi. Aproximadamente el 30% de los
beneficiarios decide aceptar la cuenta (1,5 millones de un total de 5 millones
de beneficiarios) y terminan ahorrando en promedio el 12% de su transferencia”.
Me gustaría saber: ¿Cuantos programas de inclusión financiera han logrado 1,5
millones de nuevos incluidos con cuentas de ahorro en un solo país?. Creo que
se ha generado la idea que la inclusión financiera solo se resuelve con programas
basados en impulsar mejores medios de pago que finalmente serán más usados en
el consumo, cuando únicamente con una cuenta de ahorro se puede lograr una
inclusión financiera efectiva, porque implica: Diseñar productos de ahorro con un
monto accesible de apertura, saldos bajos y sin comisiones. Porque estos motivarían
al acto voluntario de separar y acumular dinero, a una disciplina financiera, a
la creación de activos financieros y a fortalecer el hábito regular de pago,
indispensable en los Microcréditos, eso no lo pueden hacer nunca los medios de
pago por si mismos.
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