jueves, 14 de noviembre de 2013

NOTA 3: (CONTINUA)

NOTA 3: SOBRE LA MOVILIZACION DE AHORROS (Continua):
En la Nota anterior pudimos observar que en los países más pobres se ahorra más que en los más ricos y que las clases sociales de menores ingresos y la clase media son las que más ahorran. Ahora vamos a analizar el tema de los ahorros referido a las Instituciones de Microfinanzas (IMFs). En este sentido se partió de las IMFs registradas en MIXMARKET a nivel mundial, que sumaron un total de 2.446. Sin embargo, el reportar la información a esta organización es voluntario, por lo que cada IMF decide que información va a suministrar o si va a reportar algunas cifras aparte de los perfiles. Para analizar los ahorros se necesitaron las carteras de préstamos y ahorros y el número de prestatarios y ahorristas en el 2012, lo que redujo las IMFs registradas a 1.971, pero en todo caso, es una muestra representativa. Se incluyeron y desagregaron las diferentes regiones de manera de poder comparar los patrones de las IMFs en cada una. La división regional fue la de MIXMARKET.


En la primera tabla se usó como criterio de comparación los rangos que representan los ahorros como porcentaje de los préstamos, de manera que si no tienen ahorros el porcentaje es cero, si toda la cartera de préstamos esta financiada totalmente con ahorros el porcentaje seria 100%, los rangos se dividieron en tres categorías: De 1% a 29%, el segundo rango va del 30% al  49% y la tercera va del 50% a 100%. Los ahorros que exceden a los préstamos y cuyo porcentaje sería superior al 100%, se analizan en una segunda tabla.
Se puede observar que en la participación más alta de los ahorros en la cartera de préstamos (50% a 100%), los ahorros representan en promedio el 62,1% en toda la categoría, destacando a la región Latinoamérica y el Caribe con un 69,7%. Como se puede ver, en conjunto la cartera de ahorros fondea algo más de la mitad de los Microcréditos, considerando que las IMFs en esta categoría pueden recibir legalmente depósitos del publico, este porcentaje aún es bajo, por lo que el esfuerzo que están realizando para atraer y movilizar los mismos es limitado. Es importante destacar que este rango apenas representó el 20% de los países representados en MIXMARKET.
En el segundo rango de 30% a 49%, los ahorros fondeando los préstamos son casi la mitad del porcentaje promedio del primer del rango (37,0%) y la región con mayor peso (40,0%) es África. Este es el rango con mayor número de países (32,9%) por lo que se puede afirmar que es también la mayor tendencia mundial observada.
En el tercer y menor rango 1% a 29%, los ahorros apenas fondean una quinta parte de los préstamos de lo observado en el primer rango (14,0%) y prevalece la región de Asia Oriental y el Pacífico (22,7%). Sin embargo, debido a que el promedio lo hace caer solo una región; si calculamos el promedio sin esta región el promedio sube a 16,4%, reduciendo la comparación con el primer rango a una cuarta parte. En este rango, cae de nuevo la presencia de países (27,1%), manteniéndose el primer rango como el más bajo de los países.
En el último rango con las IMFs que no movilizan ahorro el 20% fue sorpresivamente bajo, lo que confirmaría la falta de interés de las IMFs para movilizar ahorros, ya que el 80% si pueden recibir depósitos.
Mi percepción sobre la limitada participación de las IMFs con los ahorros como fuente de fondos se puede deber a varias razones: (1) Las raíces históricas de las IMFs fueron ONGs cuyas fuentes de fondos se limitaban al capital, los prestamos blandos de terceros y las donaciones, según evolucionaron hacia las Microfinanzas a partir de los años 90s; en parte por cambios legislativos, en parte por el carácter cooperativo que en aquella época no estaban supervisadas por la autoridad bancaria y en parte por la conversión de muchas ONGs a bancos, se les abrió la posibilidad de recibir depósitos del público, pero su cultura era básicamente de fondeo con el crédito; (2) La falta de experiencia en la promoción y movilización de depósitos; (3) La facilidad de acceso a las fuentes tradicionales de fondeo de las IMFs a través del capital, las donaciones y los préstamos blandos mantuvo centrado el interés los directivos de las IMFs en lo que conocían bien, pero la crisis de liquidez que se inició en el 2008 cerro muchas de estas fuentes y posteriormente encareció el costo del dinero; (4) Siendo los Microcréditos productos de demanda; es decir, que los clientes potenciales los piden sin necesidad de ofrecerlos y no de oferta, las IMFs no tenían experiencia de marketing y ventas para atender los requerimientos necesarios para promover los depósitos y (5) En la trayectoria de las IMFs, el aspecto y la presencia física no era importante, por lo que la imagen de los locales dejaban mucho que desear para atraer clientes que solo quieren depositar su dinero en un lugar seguro y también la localización de las agencias estaba cerca de su mercado local de Microcréditos y lejos del mercado de los que solo buscan un lugar sólido y confiable para guardar su dinero. La evidencia de esta percepción se puede observar cuando muchos de los clientes exitosos de Microcréditos mantienen sus ahorros en los bancos comerciales, cuando alcanzan el monto mínimo exigido por estas instituciones.



La segunda tabla muestra un aspecto aparentemente contradictorio ya que el disponer de muchos ahorros, excediendo la cartera de préstamos, en una IMF pareciera ser lo ideal y fortalecería a la institución. Sin embargo no es así, ya que hay que pagar los intereses a los ahorros (Usualmente más altos que lo que pagan los bancos para hacer más competitivas a las IMFs en ese mercado) con lo que si el exceso de dinero no es prestado se estaría generando un costo financiero sin el ingreso como contrapartida, lo que afectaría los beneficios de la IMF, pudiendo inclusive hacerle caer en perdidas. Muchos de ustedes tal vez me argumenten que por eso las IMFs piden préstamos de acuerdo a la demanda de créditos, pero hay cuatro razones para no fondearse principalmente con  préstamos: (1)  El costo de los préstamos, aún con los  blandos,  será  siempre  muy  superior  a los intereses de los ahorros; (2) Los intereses recibidos por el exceso, al ser invertirlos, serán mucho más bajos que si se prestan; (3) El vencimientos de los préstamos de fondeo son por la totalidad y a fecha fija, mientras que lo atomizado de los ahorros hace muy poco probable que todos los ahorristas decidan retirar su dinero en un mismo momento y (4) La atracción de nuevos depósitos se controla subiendo o bajando las tasas de interés y mediante acciones de marketing, lo que a su vez también ayuda a un mejor control sobre el costo del dinero. En líneas generales, las IMFs que pueden recibir ahorros deberían recurrir a los préstamos como una función complementaria de fondeo, de manera que su incidencia sea menor a la de los depósitos.
Si bien en la segunda tabla la presencia de IMFs cuyos ahorros superan a la cartera de Microcréditos es muy pequeña (3,9%), también es cierto que las que superan dos veces la cartera de préstamos representan casi la mitad del grupo, lo cuál es incomprensible, ya que denotan una dificultad para prestar adecuadamente o una visión financieramente equivocada de la importancia de tener mucha liquidez.
Creo que en las IMFs hay un enorme potencial para bajar los intereses de los préstamos fondeándose con el dinero más barato del público. Cuando pueden recibir depósitos y no lo están haciendo están encareciendo los Microcréditos de sus clientes. Como ejemplos extremos tenemos a la región de Oriente Medio y América del Norte, en la cual el crédito están siendo fondeado con muy poco ahorros (3,3%), pudiendo lograr en su enorme mercado potencial, un menor costo de los fondos y además fortalecer el ahorro familiar nacional en sus países.
José Linares Fontela

miércoles, 2 de octubre de 2013

NOTA 2: (CONTINUA)


NOTA 2: SOBRE LA MOVILIZACION DE AHORROS (Continua):
A riesgo de que me llamen fastidioso por la insistencia en los ahorros y Microahorros, porque no estoy hablando de los Microcréditos, que es usualmente lo que interesa a todos; sean pacientes, el momento llegará. Les voy a comentar sobre los ahorros a nivel mundial y en la próxima Nota abordare los ahorros a nivel del sector de IMFs, de manera de cubrir los aspectos que considero más inmediatos y necesarios sobre el tema, dadas las tendencias actuales de dificultad de obtener fondos, por la falta global de liquidez.
Me di a la tarea de evaluar el rango de los países en materia de ahorros, los datos son del Banco Mundial y usé los Ahorros Brutos como (%) del PIB, de manera de conocer el peso relativo de los ahorros dentro del PIB. Pero para estar más seguro, calculé los ingresos en base al per capita del PIB-PPA. Con estos datos jerarquicé los 142 países que era la data disponible para ahorros, agregando los ingresos PIB-PPA y el umbral de pobreza. De este total de países, a mi juicio, seleccioné 10 países ricos y 10 países pobres, para ver que pasaba,


Este ejercicio no pretende ser una investigación con rigor académico, se trata de ver las cosas a la distancia. Como pueden apreciar, se ha jerarquizado cada grupo de la tabla, por el rango de países por su posición mundial en ahorros (C2), dejando los demás rangos mundiales con sus valores originales (En todos los casos, el número más bajo es el primer lugar y el más alto el último lugar). Trabajaré solo con las columnas de rangos C2, C4 y C6. He usado el PIB-PPA (Producto Interno Bruto - PIB - Paridad poder adquisitivo - PPA) per cápita para balancear mejor los países ricos con los pobres. Identificaré las posiciones mundiales de cada país en el texto anteponiendo al número de la posición la letra “P”.
Analicemos primero los países más ricos: Vemos en C2, que solo Corea del Sur (P16), Alemania (P43), Bélgica (P45) y Finlandia (P65) muestran la mayor cantidad de ahorros, representando el 30% de los países del grupo, el resto de los países del grupo muestran menos ahorros. Observando el PIB-PPA per cápita en C4, los cuatro primeros países con más ahorros, ocupan en ingresos la P26, P28, P32 y la P40 respectivamente, mientras que los países que ocupan los primeros cuatro lugares en ingresos; Estados Unidos (P11), Canadá (P20), Irlanda (P23) y Alemania (P26), muestran en ahorros la P119, P77, P108 y P43 respectivamente, con menos ahorros aún cuando sus ciudadanos están disfrutando de los más altos ingresos. Solo Alemania presenta una posición mucho mejor en ahorros (P43), a pesar de estar en la última posición de ingresos (P26) junto a los otros tres países. ¿Será que recibir mayores ingresos mata el hábito de ahorrar?, no lo se, pero plantea una pregunta interesante. En materia de pobreza C6, vemos que los cuatro primeros países con mayores ingresos de sus ciudadanos (C4): Estados Unidos (P11), Canadá (P20), Irlanda (P23) y Alemania (P26), muestran diferentes posiciones de pobreza la P122, P139, P152 y P119, pero todos muestran poca pobreza.
Pasemos a analizar ahora a los países más pobres: Lo primero que llama la atención es el promedio de ingresos en C3, donde el de los países pobres es el 9.8% de los ingresos en los más ricos. Pero: ¡Sorpresa!, vemos en C2 que China (P1), Argelia (P3), Bangladesh (P8), India (P13), Bolivia (P35), Burkina Faso (P46), Haití (P52) y Pakistán (60) muestran la mayor cantidad de ahorros, representando el 80,0% de los países del grupo y están todos por encima de Finlandia (P65) en ahorros. Los dos últimos países del grupo: Nicaragua (P79) y Camboya (P114) en ahorros, pero ocupan la P170 y P186 en ingresos, por encima de Haití (P205) que los supera en ahorros (P52), siendo el país más pobre del grupo (1).
Lo que  parece quedar muy claro, es que en promedio, en los países más pobres se ahorra una vez y media más que en los países más ricos. De manera que viendo este panorama se puede concluir que los países cuyos ciudadanos tienen mayores ingresos no necesariamente son los que más ahorran. Una aproximación estadística simple muestra valores inferiores al 0.5 en la correlación de Pearsons y en el valor P, en todos los cruces de rangos de los países; tanto en ahorros, PIB-PPA per capita y pobreza, por lo que tal vez no haya una relación muy clara entre estas variables. Tema que dejo en manos de la comunidad académica para su estudio.
Esto trae una pregunta inevitable: ¿A que se debe ese mayor ahorro en los países más pobres?, puede haber muchas causas; quizás el menor acceso al crédito de consumo que en los países más ricos, que podría ser una y la poca o nula protección social del Estado a los ciudadanos que podría ser otra, de manera que el ahorro pasa ser un plan “B” de protección familiar.  Pareciera que el ahorro es, en primer lugar, un hecho cultural y creo que la motivación para enfrentar emergencias, que me ha salido muy frecuentemente a lo largo de muchos años en las encuestas que he realizado, pudiera jugar un papel importante como motivador.
Pero no basta con ver el ahorro puntualmente en el tiempo, hay que valorar también como ha evolucionado: ¿Se ahorra hoy menos que antes?, sería la pregunta más apropiada. En general el ahorro en el Mundo ha bajado de un 22,52% en 1998 a un 20,46% en el 2010, una reducción del 2,06% en 12 años, 0,17% anual; me recuerda la estabilidad que muestran las carteras de ahorro. La pregunta siguiente es: ¿Dónde ha subido y donde ha bajado?.



El ahorro ha incrementado mucho en Asia Oriental y disminuido bastante en América del Norte, en Europa y Asia Central, en América Latina ha subido moderadamente. En cuanto a como ahorra cada quien de acuerdo a sus ingresos, el ingreso alto ha caído, prevaleciendo más los ingresos medianos y los bajos. Esto viene a desmitificar la idea de que los pobres no pueden ahorrar, mi experiencia práctica de muchos años en trabajos de campo, es que los niveles de ingresos más bajos y la clase media son los que más demandan los servicios de ahorro, porque son los que más los necesitan para la protección familiar y el desarrollo futuro de sus hijos. Es un tema de escala, que obliga a ofrecer servicios a nivel de Microahorros, porque este segmento aunque ahorre montos bajos es muy numeroso por lo que representa una importante masa de dinero y su nivel de necesidades guarda una proporcionalidad con sus ingresos. Mi experiencia en muchos casos es que buscan seguridad y liquidez más que rentabilidad para su dinero. Este tipo de cuenta de ahorros muy atomizada garantiza la estabilidad media de las carteras de ahorros, lo que permite usar estos fondos a la vista para dar Microcréditos a mediano plazo.
Si no se ofrece este servicio, y se motiva y educa sobre el ahorro a los segmentos que no lo han incrementado, el Mundo perderá un activo muy importante. Si los países desarrollados, que son los que menos ahorros tienen, hubieran promovido y motivado a sus ciudadanos para ahorrar; ¿Tal vez la crisis hubiera sido menos traumática para esos ciudadanos? y ¿Podrían haber ayudado los ahorros a reducir el impacto negativo en las instituciones financieras?. Tal vez, de lo contrario estas no estarían desesperadamente tratando de promover ahorros, como lo están haciendo ahora al secarse las fuentes habituales de fondos. ¿Podría esto pasarle a las IMFs?. Creo que las inquietudes de esta Nota son temas para ser estudiados por académicos en tesis doctorales y en años sabáticos.
Lo que he observado en los países ricos es un deterioro de la protección social pública a raíz de la crisis, lo que ha obligando a reducir la existente: Exigiendo pagos extraordinarios por servicios de salud y aumentando la edad de jubilación, acercándose más a los Estados Unidos, con los Seguros Sanitarios Privados y a Latinoamérica, con los Fondos Privados de Pensiones, que en ambos casos son más limitados que los sistemas públicos.
En la próxima Nota abordare el tema de los ahorros en el sector de las Microfinanzas para que jueguen al Robin Hood, atrayendo dinero de los que solo quieren invertir bien su exceso de liquidez y no necesitan crédito, a una tasa de interés atractiva y además apoyar solidariamente a los más necesitados, en lugar de basar su fondeo principalmente en las fuentes más costosas y limitadas de financiamiento.
No importa cuan eficiente sea operativamente una IMF, la única manera de bajar las tasas de los Microcréditos es obteniendo fondos a tasas de interés bajas, que no es el caso de los préstamos; pero si de los depósitos, que incluyen el ahorro. Recuerden que las tasas de los préstamos son más altas porque el dinero del inversionista deja de ser suyo, cuando lo entrega al prestatario; no ocurre lo mismo con los depósitos, que siempre serán del inversionista; pero en ambos casos existe el mismo riesgo de perderse ese dinero si quiebra la IMF por falta de sostenibilidad. Entonces, porque no acceder al dinero más barato, para poder bajar las tasas de crédito manteniendo el mismo margen de beneficio (ROA) (Por cierto, las empresas sin animo de lucro deben producir beneficios o ganancias, la diferencia reside en como la institución usa estos beneficios o las ganancias)
José Linares Fontela

viernes, 13 de septiembre de 2013

NOTA 1



NOTA 1: SOBRE LA MOVILIZACION DE AHORROS
Recién graduado de psicólogo en 1968, me inicié en una Asociación de Ahorro y Préstamo en Venezuela vendiendo libretas de ahorro de puerta en puerta. El carácter accionario de estas instituciones en Latinoamérica era mutual y su especialización era el financiamiento de viviendas con créditos hipotecarios a 20 años. Lo curioso fue que nos financiábamos al principio solo con ahorro a la vista, al cual se agregaron posteriormente los certificados a plazo que no excedían los 180 días, nunca tuvimos ningún problema de calces de plazos. Se podría decir que era el “milagrito diario”. Tampoco caímos en una crujía de crédito como la que vivimos el 2008 y que disparó una recesión mundial.
Muchos de ustedes pueden argumentarme que el Mundo estaba mejor en aquella época y que por eso no teníamos los problemas de hoy en día. Pero no se engañen: Brasil y Argentina mostraban en los 60 una inflación creciente de 1.500%, lo que obligo a Brasil, desde 1964 a introducir la corrección monetaria, primero con ajustes mensuales y cuando la inflación llego al 2.000% anual en los 80, con ajustes diarios. Aún con toda esta terrible situación las carteras de ahorro de las Asociaciones de Ahorro y Préstamo llegaron a representar en 1989 el 23,4% del Producto Interno Neto, lo que permitió a los brasileños continuar financiando la compra de sus hogares.
En los 90 surgió la cultura de la titularización de las carteras hipotecarias (Securitización) y en congresos y seminarios solo se hablaba de este tema. La titularización nació motivada por el riesgo aparente por la diferencia de calces de plazo entre los fondos captados a corto plazo y prestados para créditos hipotecarios a 20 años, alegando que las fuentes de fondos deberían tener el mismo plazo que su aplicación, válido quizás en teoría pero que ignoró la realidad práctica de la gran estabilidad que da la atomización de las carteras y el mayor riesgo de los vencimientos masivos simultáneos. Por otro lado, la creación de las Administradoras de Pensiones que demandan títulos de largo plazo con garantía hipotecaria, para invertir los aportes de los pensionados, estimuló también la Titularización ya que era buena para todos.  
                                                            Ahorros como porcentaje del
                                                         Producto Interno Neto de Brasil
      
Esta figura fue extendiéndose luego a todo tipo de préstamo y a la banca en general. Primero se titularizaron las hipotecas y estaba bien, pero después se cayo en la tentación de agregarle otros tipos de préstamos más riesgosos (Consumo, automotriz, comerciales, etc.) para mejorar la puntuación de estos Títulos dada por las Calificadoras, ya que la presencia de préstamos hipotecarios mejoraba notablemente el paquete. De esta manera las instituciones financieras se acostumbraron por más de 20 años a proveerse de fondos de forma masiva y fácil, vendiendo en la Bolsa Títulos con garantía de las carteras de crédito, que eran adquiridos por grandes inversionistas y dejaron, en un segundo plano la captación de ahorros y certificados a plazo. En mi mente unicelular, nunca comprendí bien como las carteras de crédito que ya estaban garantizando los depósitos del público, además podían garantizar los Títulos de Inversión emitidos, había algo que no me sonaba bien.
Ante la demanda constante y creciente de esta inversión de largo plazo, se acumuló una gran masa de fondos en las instituciones financieras causando un riesgo de liquidez para cubrir el alto costo de los mismos, lo que obligó a masificar también el crédito para invertir rápidamente este dinero. Esta nueva estrategia reemplazo la selectividad prudencial, el “olfato”, la aprobación descentralizada y el conocimiento del cliente al cual se iba a prestar el dinero, aplicada tradicionalmente por los oficiales de crédito, sustituyéndolo por los criterios estadísticos de análisis y calificación de riesgo, que es lo que prevalece hoy en día. Se automatizo la aprobación con el “Credit Scoring” y las Centrales de Riesgos o Burós de Crédito que calificaron a los deudores, se ajustaron las tasas de interés de acuerdo al riesgo estadístico, subiéndolas cuando el riesgo era alto. En fin, se automatizo prácticamente todo el proceso creándose Departamentos de Riesgos para realizar los análisis y en muchos casos actuar como decisores finales basados en la calificación en las Centrales de Riesgos y las estadísticas de probabilidad, pero sin llegar a conocer a los solicitantes de préstamos. Ante una gran masa de créditos y los filtros impuestos por los Departamentos de Riesgos se produjeron cuellos de botella que aumentaron el riesgo debido a la presión de tiempo exigida para descargar la liquidez excesiva.
Todo fue bien hasta que explotó la crujía del crédito producto de la acumulación de activos tóxicos en las instituciones financieras que otorgaban créditos a gente desconocida, que no podía pagarlos, al mezclar créditos hipotecarios con los de otro tipo y al invitar a pedir prestado a todos aquellos clientes bancarios que “calificaban” de acuerdo a los filtros teóricos de riesgo calculados; alcanzando un punto en el cual la toxicidad era inaguantable e imposible de ignorar, y cuando los grandes inversores descubrieron que estaban adquiriendo basura, decidieron no seguir comprando. Las instituciones financieras se quedaron sin liquidez y a esto se sumo el vencimiento simultáneo de Títulos a 20 años y que nadie compraba las nuevas emisiones, de manera que no pudieron compensar el pago de los vencidos; cayendo en picada, produciéndose las quiebras de los bancos, las originadoras de hipotecas, los fondos hipotecarios (Tipo Fannie Mae) y todo lo demás que ya conocemos.
Hoy, todas las instituciones financieras están tratando desesperadamente de volver a captar y movilizar ahorros y depósitos, ante un público indiferente, lo que lleva a cerrar el círculo y regresar a las raíces, pero con el agravante que las instituciones han perdido su habilidad para atraer ahorros o certificados a plazo de personas, que; en su muy costosos de administrar, le dejaron este mercado a instituciones financieras más pequeñas e innovadoras, muchas de las cuales han sabido aprovecharlo.
Creo que es vital retomar la promoción y movilización de ahorros y certificados a plazo, ya que esto da acceso a un mercado masivo financiero al detal que por su naturaleza masiva y atomizada produce carteras estables y de bajo costo, como, era el caso de los 80, pero que exige un gran esfuerzo de marketing, educación financiera, constancia, confianza y una creatividad olvidada por las instituciones financieras tradicionales. Con los medios tecnológicos de hoy en día en las comunicaciones y en la informática, el costo de gestionar gran mayoría se han olvidado como ahorrar y que además desconfían de las propias instituciones bancarias.
Al inicio, las Instituciones de Microfinanzas se fondeaban de la cooperación internacional y de inversionistas que vieron en el Microcrédito una rentabilidad muy atractiva. Pero a partir de los 90 se dieron cuenta que la mejor fuente de fondos estaba en el mercado de los ahorros y certificados a plazo, pero que tenían que regularse con la Autoridad Bancaria para recibir fondos del público. Muchas lo hicieron en base a nuevas legislaciones que lo facilitaron, otras se convirtieron en bancos y todo el sector se empezó a interesar y aprender como movilizar y atraer ahorros, ayudé con este tema en muchos proyectos.
Las Cooperativas de Ahorro y Crédito podían recibir solo dinero de los socios y lo hicieron con aportaciones voluntarias, que era otra forma de ahorrar y no necesitaban estar supervisadas por la Autoridad Bancaria. Cuando se abrió la posibilidad de recibir, además de las aportaciones de los socios, depósitos del público general fueron reguladas y supervisadas por la Autoridad Bancaria, creándose las Cooperativas de Crédito (Credit Unions). En los EEUU en los 30 los ahorros en las Credit Unions fueron garantizados por el gobierno federal.
Pero aún hoy prevalecen tanto las ONGs que operan a la vieja usanza con fondos de inversores y las Cooperativas de Ahorro y Crédito que solo reciben aportaciones de los socios. Los bancos al pasar a segundo plano la movilización y la promoción de los ahorros y certificados de depósito, por considerarlos muchas cuentas pequeñas se ha derrumbado, por lo que hoy no sería válida la excusa del alto costo. He montado sistemas de movilización de ahorros que han demostrado el impacto favorable en la reducción de costos gracias a la TICs, y el marketing apropiado y científico ha asegurado el resto.
Para terminar les dejo una inquietud que abordaré en otra nota: En los 70, al vender libretas de ahorro de puerta en puerta, los que laborábamos en el tema, aprendimos y nos dimos cuenta que el ahorro es la herramienta primaria y fundamental de inclusión financiera, porque ayuda a formar activos y patrimonio a las familias y motiva la disciplina financiera voluntaria y sin compromisos, que después será un tema clave para un crédito saludable.
Lectura sugerida: “The Myth of the Rational Market” - Justin Fox - Harper Collins 2009 – Además esta en ebook. Desafortunadamente solo lo conseguí en inglés, búsquenlo en la Internet y/o pregunten en su librería habitual si hay una versión en castellano. Este libro es muy interesante, escrito por un periodista, se enfoca sobre los modelos de altas matemáticas aplicados a la economía y las finanzas, y sus consecuencias. Es una revisión histórica desde 1905 hasta tiempos recientes que concluyeron en el 2008 con la frase de Alan Greenspan la “exuberancia irracional”; describe a los principales actores y su participación en el proceso. Es una lectura muy ligera e ilustrativa que deja en claro el origen y la efectividad de los paradigmas para medir el riesgo, tal y como se está haciendo hoy en día. Como parangón también podríamos hablar de la “exuberancia irracional” del crédito antes del 2008. 
José Linares Fontela
jlinaresf@gmail.com