NOTA 9: SOBRE LOS MICROCREDITOS (Continúa)
Continuando con el tema de los
Microcréditos, sobre el cuál mucho se ha escrito y me gustaría agregar mi
concepto general del riesgo vinculado al crédito en general, que incluye a los
Microcréditos. Estamos sufrido una recesión mundial muy preocupante, en la que
ya llevamos 7 años de crisis. Los países muestran una respuesta variopinta a la
crisis, con pocos países con tendencia a una recuperación, muchos en peores
condiciones que en el 2008, lo que me ha llevado a preguntarme: ¿Qué causo la burbuja
del crédito?. No hay una respuesta única que lo explique, pero habiéndole dado
un seguimiento desde antes de la crisis hay cuatro elementos que destacan como
posibles generadores de esta situación: (1) Inicialmente se produjo en los
países desarrollados y por efecto domino por el resto del Mundo; (2) Se causo
cuando se intento masificar el crédito calculando el riesgo en base a modelos
estadísticos (3) Se asumió que subiendo las tasas de los créditos más riesgosos
se compensaba el riesgo y (4) Se automatizo la aprobación de los créditos. En
resumen: Países con un mercado financiero maduro, complejos modelos matemáticos-estadísticos,
la aplicación de la ecuación de riesgo-tasa y la automatización. Yo soy
psicólogo, quizás por mi formación y trabajo en marketing y ventas de servicios
financieros soy un: “Psicólogo financiero” y aprendí desde mis inicios lo
difícil, quizás imposible que es el predecir teóricamente la conducta humana,
tema que ya Stephen Hawking planteó hace años (Black Holes and Baby Universes
and Other Essays - 1993): Cito: “La verdadera razón por la cual no podemos
predecir la conducta humana es porque simplemente es muy difícil” y “Aunque
conocemos las ecuaciones fundamentales que gobiernan nuestro cerebro, somos
bastante incapaces de usar estas para predecir la conducta humana”. El crédito
es una situación en la cuál se debe predecir el riesgo financiero que produce
la conducta humana (Pagar o no las cuotas) por lo que es muy difícil determinar
a priori, cual va a ser la conducta futura de pago de una persona. El 70% de
los atrasos se pueden producir durante la vida del crédito y el 30% en la
calificación del mismo. Yo soy un creyente de las estadísticas y de la
tecnología de la información y de las comunicaciones (TIC) pero tengo serias
dudas si estas pueden aportar mucha luz a la conducta individual futura de un
deudor.
Me he preguntado cuales son las
bases por la cuales prestaban la banca de Florencia en 1379, evidentemente que
no disponían ni de los conocimientos matemáticos ni la tecnología de hoy en
día: Sin embargo, si asumían, como hoy, los riesgos relacionados con la
recuperación de lo prestado. Pero otros aspectos han cambiado que hacen que el
riesgo del crédito sea un tema crítico: Hoy los bancos generales y las instituciones
sociales autorizadas, prestan el dinero de los depósitos del público, pero ese
dinero, a diferencia de la época de los Medici, no es propio, es ajeno a las
instituciones, por lo que la responsabilidad tanto financiera como moral de
estas es total.
Me planteo: ¿Por qué se asumió el
uso de las matemáticas para desarrollar modelos teóricos sobre la predicción de
la conducta financiera humana?. Tal vez sea porque: (1) El antecedente financiero
es la ciencia actuarial; pero lo que predicen los Actuarios, es básicamente la
probabilidad de riesgos globales basados en leyes consistentes; algunas son
leyes naturales (Esperanza de vida), otras basadas en conductas colectivas
(Accidentes de transito, incendios, etc.) que les sirven para determinar el
costo individual de las primas de seguros; pero en ningún caso se refieren a
patrones de predicción de conductas individuales, (2) En la ciencia de la
economía, la cosa se complica mucho ya que las teorías económicas no siempre
funcionan a nivel microeconómico, como se pudo observar con el fracaso del Long-Term
Capital Management L.P. (LTCM) en 1998. (3) El impulso del gran desarrollo de
las TIC nos tiene embelesados y parece ser la respuesta a todos nuestros
problemas en el día a día. Esto llevó a la creación de herramientas que pasaron
a sustituir la autoridad tradicional del Oficial de Crédito y que no fueron
capaces de detectar a los NINJAS (No job/No income – Sin trabajo/Sin ingresos)
a quienes en forma automática y en muchos casos por teléfono se les otorgaban
créditos basados solo en los Burós de Crédito y en los sistemas de “Credit
Scoring” (Puntuadores de crédito). Con garantías hipotecarias, que finalmente
no fueron tan garantizables como se pensaba. El objetivo de todo esto era
masificar el crédito, automatizando un
producto que es selectivo. Pareciera que la combinación de generar mayores
ingresos aumentando las tasas de acuerdo al riesgo y la masificación del
crédito, como se hizo hasta el 2007 y desafortunadamente, se sigue haciendo hoy
en día, llevaron a la burbuja del crédito del 2008 de la cuál muchos países aún
no nos hemos recuperado.
¿Cómo creo que debe ser una cartera
de crédito de calidad?: No creo que un análisis estadístico nos de una
respuesta. Yo creo en la Tecnología de la Información y las comunicaciones: De
hecho las uso innovadoramente: Tengo un año y medio experimentando modelos de
capacitación y consultoría por la Internet, ya les haré llegar más información
sobre el tema más adelante. Pero no creo que las TIC son la mejor y mucho menos
la única respuesta a todos los problemas, se deben usar de manera sabia para
que sean efectivas, el hecho que faciliten y aceleren los cálculos estadísticos
no significa que los resultados sean realistas. Para mi una cartera de crédito
sana y productiva, no es otra cosa que la suma de créditos bien otorgados y vigilados,
a los cuales se de un seguimiento constante y se reaccione rápido a los atrasos:
Esto siempre ha sido el enfoque de los Microcréditos en Latinoamérica donde
IMFs muy importantes; como es el caso de BANCOSOl (Cartera bruta de crédito USD1.106
millones, mora 1,06% - 6/2015) y Banco FIE (Cartera bruta de crédito USD 1.048 millones, mora 1,46% - 6/2015) han
demostrado sin dudas, que se puede operar en el sector con un bajo nivel de riesgo.
Pero; ¿A fin de cuentas, que es un
crédito?: Un crédito no es otra cosa más que un acto de confianza en un deudor
por parte de un acreedor: ¿Se puede medir estadísticamente la confianza en una
persona?. La respuesta obvia sería que para eso están los Burós de Crédito;
pero eso es realmente así, ¿se puede asumir hoy en día, que quien haya pagado
bien en le pasado lo hará también en el futuro?. La crisis ha demostrado que
excelentes pagadores dejaron de serlo con la recesión.
Todo esto me ha llevado a tratar de
abordar el tema del riesgo del crédito desde una óptica psicológica; porque a
fin de cuentas, el mismo en todo momento no es otra cosa más que un acuerdo
entre personas: Un deudor y uno o varios representantes de una institución
financiera.
En base a estas ideas, hay unos
puntos que he recomendado en las consultorías y espero que también le sean
útiles:
1.
Es
importante dar empoderamiento a los Oficiales de Crédito para que asuman las consecuencias
de un crédito mal otorgado. Eso es usual en las Microfinanzas, al castigar los
bonos de producción de los Oficiales de Crédito de acuerdo a la mora de su
cartera, aún cuando no ha sido así en la banca tradicional. Esto reduce el
riesgo moral de pasar a otros (Departamentos de cobranza) la responsabilidad de
recuperar los créditos en atraso que estos últimos aprueban.
2.
La
práctica ha demostrado que hay que asumir que todos los solicitantes de crédito
pueden ser morosos potenciales. Si su conducta de pago es correcta, no pasa
nada y si presentan una conducta de pago inadecuada se estará preparado para
controlarla a tiempo. De hecho la crisis demostró que se puede llegar a producir
una mora cercana al 100%.
3.
La
situación de solicitud de un crédito es algo puntual que refleja la realidad
financiera del solicitante en ese momento, por eso es fundamental vigilar y
observar la conducta de pago durante la vigencia del crédito reaccionando rápido
y firme al más mínimo atraso para evitar que se agrave. Cada atraso es
casuístico y se debe resolver individualmente
4.
A
un solicitante de crédito de quien desconfía un Oficial de Créditos no se le
debe aprobar el crédito. Esto implicaría un alto riesgo moral para la
Institución financiera y un foco de conflictos a futuro..
5.
El
crédito tiene dos fases claras, en las que responden los deudores con diferentes
conductas: (a) La fase de solicitud: En esta fase el solicitante está dispuesto
a dar y da, toda la información que se le solicite y (b) La fase de pago: En
esta fase si el deudor se atrasa, se alejará de la institución financiera
evadiéndola. Visto esto, se debe asegurar en la primera fase de recopilar toda
la información necesaria para presionar al deudor a dar la cara y/o llevarlo a
los Tribunales, si llegara el caso. De nuevo, un exceso de información no causa
ningún daño a un buen pagador.
6.
Los
Burós de Crédito son filtros muy importantes para detectar a los “morosos
profesionales” ya que se hacen presentes de forma regular y sistemática en los
mismos. Este “profesional” del crédito desea tener acceso a un estilo de vida que
no puede pagar, por lo que pretende que lo pague la institución financiera. Hay
que reconocerlos.
7.
No
puedo concebir el otorgamiento de un crédito sin entrevistar al solicitante
personalmente, esto entra en conflicto con la masificación del crédito que se
practico por muchos años con las consecuencias que ya conocemos. Las
entrevistas de crédito son la plataforma ideal para detectar inconsistencias y
contradicciones en la información de los solicitantes. Las diferencias entre lo
que dice un solicitante en varios contactos y los papeles pueden ser un indicador
de falta de transparencia y por lo tanto de alerta y cautela.
8.
No
se puede aprobar un crédito solo con papeles, ya que se está prestando a una
persona o empresa, regida por personas. Se tiende a convertir a las unidades de
riesgos en decisores finales o de veto a todos los créditos sin ver personalmente
a los solicitantes, lo que es más riesgoso que la posible equivocación del
Oficial de Crédito. Las unidades de riesgos deben promover políticas que reduzcan
los riesgos, pero no deben tomar decisiones. Los que tratan con los
solicitantes deben asumir la responsabilidad primaria del crédito y por ende de
la recuperación.
9.
La
confianza es muy crítica, porque la confianza a medias implica una desconfianza
también a medias. El problema es que no se sabe a ciencia cierta en cual de las
dos estará la institución financiera. La confianza es un si o un no, sin camino
medio. Ante la duda es mejor no arriesgarse por las consecuencias financieras y
conflictos que pueden generar.
10. Solo la observación de una persona
debidamente preparada es capaz de detectar lo que piensa y como piensa el
solicitante de crédito. No existen medios estadísticos para determinar la
sinceridad, solo se puede percibir observando la conducta del entrevistado. La
entrevista es un arte y ciencia que deben aprender a dominar los Oficiales de
Crédito.
11. Así como se puede vender profesionalmente
el crédito, de tal forma de demostrar al deudor potencial que la institución
financiera es su mejor opción frente a la competencia, también se debe vender
la idea de que el atraso puede resultar en una limitación para el deudor de
disfrutar de las futuras ventajas y créditos de la institución financiera donde
lo tiene.
12. Es el deber de cualquier institución
financiera educar financieramente al deudor para que conozca sus
responsabilidades y consecuencias, muy pocas lo realizan. Usualmente los
deudores se ven a si mismos como el eslabón más débil frente a las
instituciones, en gran parte porque ignoran a quien pertenece realmente el
dinero que se le está prestando en la ecuación de intermediación financiera;
asumen que el dinero es de la propia institución y no de los depositantes o de
los acreedores de la misma. Pregúntense: ¿Cuántos deudores leen el documento de
crédito?.
Muchos me han preguntado: ¿Es
posible masificar el crédito?: Es un tema de marketing y la respuesta es un si,
pero no en la forma en que se hizo y se sigue haciendo hoy en día. El problema
de la masificación del crédito esta en la saturación de las agencias, pero si
se filtra antes a los solicitantes usando medios masivos (Call Center y/o
páginas Web), determinando su presencia en los Burós de Crédito y su capacidad
neta de pago, se elimina a más del 80% de los solicitantes, porque no califican
o no les interesa el monto máximo de crédito que pueden recibir en función de
su capacidad de pago y que si todos se hubieran atendido en las oficinas se hubiera
perdido mucho tiempo y dinero con cada uno de los que no califican. Al filtrar
a los solicitantes, es más fácil atender al 20% que califica; bien por no
aparecer en los Burós de Crédito o bien por aceptar un monto de préstamo acorde
con su capacidad de pago. Obviamente que los que pasan el filtro se mandan a
una Agencia llevando toda la documentación exigida para procesar la solicitud
tal como lo exige la institución financiera.