NOTA 8: SOBRE LOS MICROCREDITOS
Voy a abordar el tema del crédito y
los Microcréditos a partir de esta y las siguientes Notas, ya que hablar de Microcréditos,
que es un tema sensible, requiere tocar muchas facetas tanto en el enfoque,
como en la forma, la visión social ante la pobreza, los mitos y el riesgo
crediticio. No pretendo crear polémica, solo expreso mis puntos de vista personales.
Los Microcréditos nacen de manos del
Dr. Muhammad Yunus en 1976, esto lo hizo merecidamente acreedor al Premio Nobel
en el 2006. El modelo se ha diseminado por todo el Mundo desde la creación del
Grameen Bank. Las bases del modelo fueron: (1) Los pobres necesitan pequeños
créditos para generar ingresos que les permitan salir de la pobreza; (2) La gente
pobre responderá devolviendo el dinero prestado y (3) Esto incidirá
favorablemente en la reducción de la pobreza. Estos conceptos alejaron al
modelo Grameen del terreno financiero llevándolo principalmente al terreno
social y solidario; que, en mi opinión, se ha demostrado irrealista, y menos
como un alivio a la pobreza mundial. OJO:
No estoy diciendo que los Microcréditos no sean útiles, necesarios e
importantes, lo que digo es que el enfoque ha sido un mito repetido, más que una
realidad comprobada; lo que quedó demostrado según pasaba el tiempo y muchas IMFs
exitosas que asumieron este modelo inicialmente lo fueron modificando, para acercarlo
más a la realidad financiera de su propia sostenibilidad y los estudios
académicos no han demostrado concluyentemente que exista una relación clara
entre los Microcréditos y la reducción de la pobreza. El tiempo y mi
experiencia, sin que esto reste méritos a su pionero; el Dr. Junus, han
demostrado una serie de aspectos que me distancian del modelo original debido a
que: (1) Solo una minoría de personas son capaces de generar ingresos y
patrimonio a partir de un dinero prestado; (2) Un préstamo es un pasivo para el
deudor y es un riesgo; tanto para su economía familiar, como para su salud
mental; (3) No todas las personas quieren recibir préstamos por temor a no
poder devolverlos; (4) Todas las personas son sensibles a ahorrar dinero para
atender imprevistos, aún cuando no utilicen una institución financiera; (5) Un
crédito crea obligaciones que si no se cumplen, los deudores sufren las presiones
y la agresividad de los acreedores; (6) Un préstamo, independientemente de su magnitud,
siempre será una operación financiera, con repercusión en los ingresos y en la
sostenibilidad del acreedor; (7) Todas las personas tienen una capacidad de crédito
y disponen de garantías físicas o fiduciarias, independientemente de su
situación económica; (8) Toda persona tiene una capacidad de pago, de acuerdo a
sus ingresos: (9) El riesgo de impago tiene más del doble de probabilidades de
que ocurra durante el plazo del crédito, que en la calificación inicial del
solicitante de préstamo; (10) El riesgo crediticio de una cartera es la suma de
la calidad de cada crédito que la compone, no una probabilidad global de la misma;
debido a la complejidad de los deudores y la situación particular de cada uno;
(11) Los impagos se deben de atender objetiva y tempranamente, tomando en
cuenta la situación del deudor que los está causando y (12) El crédito es un
hecho psicológico más que financiero, porque puede influir más en el pago la
voluntad, los conocimientos financieros y el carácter del deudor que su
capacidad financiera, ya que esta última puede cambiar repentinamente. Las
únicas excepciones a esta última premisa son las crisis masivas que llevan a un
país a una recesión profunda, producto de la forma en que se ha gestionado su
economía por lo cuál el ciudadano de a pie no tiene ninguna responsabilidad y sin
embargo, tiene que pagar los platos rotos (Europa) y por situaciones
excepcionales de la naturaleza que son incontrolables; como fue el caso de las
inundaciones en Bangladesh en 1998. Pero las situaciones excepcionales no son
permanentes, por lo que convertir políticas de préstamo de excepción en
carácter permanente no funciona con los créditos, hay que asumir un plazo de
recuperación, adaptándose a las circunstancias hasta la normalización y luego
volver a las políticas financieras prudenciales adecuadas, ya que de lo
contrario se fomentan conductas y expectativas impropias de pago; y esto es un riesgo
moral muy peligroso. Esto me lleva a compartir con ustedes algunos pensamientos
y conceptos que he desarrollado sobre el crédito en mi larga carrera
profesional, aplicable también a los Microcréditos. Voy a sintetizar estos
conceptos en esta primera Nota:
1.
Independientemente
de la finalidad o aplicación de un crédito, todas las personas; pobres o no
tienen una capacidad de pago determinable, por lo que nunca se debe negar un
crédito a nadie; simplemente hay que ofrecer el monto máximo al cual puede
aspirar dada su capacidad de pago y no lo que esta solicitando obtener. Por lo
tanto, una persona con una capacidad de pago de US$ 4,00 a la semana, a un año
plazo y aun interés del 20% anual, solo podría recibir un crédito máximo de US$
100,00. para poder pagarlo sin dificultad. Ese, aproximadamente es el monto
promedio de los préstamos ordinarios del Grameen Bank.
2.
Todas
las personas tienen un ingreso; bien en forma monetaria o bien en prestación de
servicios o en bienes de uso y/o consumo, los dos últimos se pueden hacer líquidos
a través de su venta.
3.
Un
Microcrédito es una operación financiera exactamente igual a la de un crédito financiero
tradicional: implica: Un acuerdo voluntario para recibir un dinero, que se
devolverá en fracciones iguales durante un periodo determinado de tiempo, a una
tasa o comisión y; que, en condiciones normales, el deudor pagará
correctamente.
4.
Todo
préstamo tiene un precio (Tasa de Interés o comisión) que puede ser fijo o
variable; calculado sobre el saldo deudor o calculado sobre el monto total y
deducido del mismo al inicio (Flat), como es caso de las finanzas Islámicas.
Pero no es lo mismo la tasa de interés sobre el saldo deudor cuando la misma se
calcula sobre el capital y se deduce al inicio del préstamo, el segundo método
genera una tasa real mucho mayor. De hecho; son dos tasas de interés completamente
diferentes, debido a la amortización progresiva del capital, cuando se calcula
sobre el saldo deudor.
5.
Las
características de un Microcrédito de una IMF son las mismas que las del
crédito de cualquier institución de intermediación financiera. Los créditos están
totalmente vinculados a los resultados de la institución, lo que hace de la
recuperación requisito indispensable para su sostenibilidad, al margen del
nivel de la riqueza o pobreza de sus deudores.
6.
Un
Microcrédito no es un subsidio, pero puede llegar a serlo si no se recupera,
siendo inicialmente afectada la Institución de Microfinanzas (IMF), que deja de
ser sostenible y debe cerrar sus puertas. Sin embargo, los principales
perjudicados son los usuarios, ya que pierden un acceso al crédito que antes
tenían disponible.
7.
El
Microcrédito no es una solución realista para la reducción de la pobreza, por
varias razones:
a.
La
pobreza es una situación muy compleja, que requiere de acciones múltiples e
interdisciplinarias y un entorno nacional económico propicio para evitarla o
reducirla. Los Microcréditos son solo un grano de arena en esta playa.
b.
No
todas las personas son capaces de emprender exitosamente, esto incluye a las
personas pobres y los que no lo son, por lo que solo una minoría tiene las
características y la personalidad innata de emprender y por tanto, para convertir
un pasivo en ingresos y crear un activo o patrimonio.
c.
Las
personas pobres también pueden optar a recibir Microcréditos con el fin de
resolver situaciones específicas imprevisibles, pero siempre y cuando estén en
capacidad de devolverlos cómodamente.
8.
No
necesariamente todas las personas tienen acceso a los servicios financieros; En
parte por los montos altos de apertura de cuentas, por los saldos mínimos, por
las comisiones de mantenimiento y en gran parte por las actitudes y el trato
que reciben del personal de algunas instituciones, lo que los inhibe de ir a estas.
Para ello es necesario ofrecer a todas las personas la posibilidad de realizar
Microfinanzas, con un menú de opciones de ahorro y crédito ajustadas a las
necesidades de cada segmento de la población, esto se ha demostrado posible y
sostenible financieramente.
9.
No
tengo ninguna evidencia objetiva que el número y el monto bajo de las cuentas y
los créditos encarezcan las Microfinanzas, la forma exitosa de gestionarlos si
es más costosa, ya que las Microfinanzas son una forma completamente diferente
de intermediación financiera, basada no en las operaciones si no centrada en
los clientes: Tal vez esto es producto de sus raíces en las ONGs creadas para
ayudar a las personas. Puede que yo sea muy simplista en mis ideas, pero
quisiera que alguien me explique como el mayor número y el bajo saldo de las
cuentas y los créditos va a encarecer el gasto de administración; disponiendo
hoy en día de la tecnología de la información y las comunicaciones a muy bajo
costo y a velocidad creciente; con las nominas de los empleados que variando
poco a pesar del crecimiento de clientes; con los servicios públicos, los arrendamientos o
las amortizaciones de los locales siendo gastos fijos, y los gastos variables
representado una menor parte. Como ilustración voy a citar el caso de los gastos
de los dos bancos bolivianos de Microfinanzas más eficientes según MIXMARKET
2014. “Las 100 IMFS mejores de Latinoamérica”; (BANCOSOL y Banco FIE) comparándolos
con los promedios de gastos de los Bancos Múltiples (Comerciales) más grandes de
ese país. Los gastos promedio de administración de los Bancos de Microfinanzas representaron
en el 2014 un 59,1% de los ingresos y en los Bancos Múltiples el 62,0% (2,9% de
diferencia), los gastos financieros de los primeros fueron del 30,5% y el de
los segundos el 32,7% (2,2% de diferencia) y los otros gastos llegaron al 10,5%
en los primeros y el 5,3% en los segundos, esta última diferencia se duplica en
los Bancos de Microfinanzas al tener que mantener una fuerza de Asesores
Financieros en la calle, en permanente contacto con los deudores y promoviendo
los ahorros persona a persona, a diferencia de la pasividad de los Bancos Múltiples.
Como se ve, las Microfinanzas son un sistema muy diferente y más costoso de
operar que la banca tradicional debido a que:
a.
La
aprobación de un crédito requiere de la visita y revisión de los gastos, los
ingresos y los compromisos de pago tanto de los hogares como de los
Microempresarios solicitantes, para determinar la capacidad global real de
pago.
b.
El
seguimiento del crédito, la gestión de cobro y la recuperación de carteras es
continua, a domicilio y personalizada, para detectar problemas potenciales y
solucionarlos tempranamente.
c.
El
acceso limitado a las IMFs en muchos países a los Burós de Crédito bancarios, actualización
lenta de los Burós de las Autoridades Bancarias y la falta de Burós de
Microfinanzas, aumenta los riesgos, debido al sobre endeudamiento. En algunos
países Latinoamericanos se ha llevado a deslindar el sector de las
Microfinanzas del sector Bancario, creando las Superintendencias Solidarias y
nuevas figuras jurídicas locales para intermediar financieramente las
Microfinanzas, permitiendo recibir depósitos del público a Instituciones No
Bancarias y vigiladas por las nuevas Autoridades Financieras. En África ya existen
este tipo de Bancos de Microfinanzas.
d.
Los
altos costos y el proceso traumático de regularizar a las IMFs como bancos
universales; al aplicar a estas los mismos raseros de los bancos
internacionales, a pesar de tener una jurisdicción nacional; el alto costo de
reporte de información y los niveles desproporcionados de capital exigido,
hacen que este sector se vea restringido y se ponga en peligro su
sostenibilidad. Experiencias como la Regulación Delegada del sector no bancario
en Federaciones, Uniones y Cámaras con unidades autónomas, cuyo costo es
asumido por estas y reportando directamente a las Autoridades Bancarias, han
demostrado ser en Latinoamérica una solución efectiva que ha fortalecido el
sector de las Microfinanzas, potenciando su transparencia y evitado su
desaparición.
En la próxima Nota seguiré con mi
análisis de los Microcréditos.
Lectura sugerida: “Microfinance and
Poverty: Questioning Conventional Wisdom” (Microfinanzas y Pobreza,
cuestionando la sabiduría convencional), Hege
Gulli 1998 http://www.amazon.com/Microfinance-Poverty-Questioning-Conventional-Wisdom/dp/188693845, desafortunadamente solo en inglés
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